Berlioz no creía ni en Dios ni en Bach.
" Uno de mis vecinos en el concierto se levantó de su butaca y, dirigiéndose a la orquesta, empezó a gritar de forma atronadora: "¡ Bestias, allí no queréis dos flautas ! ¡ Queréis pícolos! ! Dos pícolos ! ¿Oís? ¡ Ay, que bestias !".
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Hacia la década de 1830, las orquestas raras veces tenían más de 70 músicos. Pero ya en 1825 Berlioz había reunido una orquesta de 150, aunque su "orquesta soñada",confesó, se componía de 467 y había de acompañarla un coro de 360 miembros, 242 cuerdas, 30 arpas, 30 pianos y 16 trompas.
La década de 1770, que marca el comienzo del movimiento romántico, fue testigo de la aparición del "Strum und Drang" (la tempestad y el ímpetu), una generación de jóvenes poetas alemanes que se rebelaron contra la educación estricta y las convenciones sociales para explorar sus emociones.
La forma de entender el trabajo, en lugar de considerarlo como una necesidad desagradable, es pensado como "la sagrada tarea del hombre", pues sólo mediante el trabajo, en tanto expresión de la voluntad, puede el hombre imponer su personalidad distintiva y creativa a la "marcha inerte" de la naturaleza.
Otro cambio impotante en el romanticismo es la noción de "segundo yo", la creencia en que dentro de cada figura romántica, en los oscuros y caóticos intersticios del alma, había una persona completamente diferente y que una vez se lograra acceder a este segundo yo, se descubriría una realidad alternativa y mucho más profunda.
Toda la música conduce a Beethoven y, también, toda la música proviene de él.
La gran diferencia entre Beethoven y Mozart radica en que Beethoven pensaba en sí mismo como un artista. La palabra no aparece en la correspondencia de Mozart, quien se consideraba un artesano calificado que, como Haydn y Bach antes que él, suministraba una mercancía. Beethoven, en cambio, se consideraba parte de una raza especial, un creador, y eso lo ponía al mismo nivel que la realeza y otras almas elevadas. "Lo que está en mi corazón",decía, "debe salir".
La música de Beethoven no es cortés. Lo que él ofrece a sus oyentes es un sentimiento de drama, de conflicto y de resolución, como ningún otro compositor ha conseguido hacerlo luego... la música de la Novena no es bonita y tampoco atractiva. Es simplemente sublime... es música interior, música del espíritu, música de una subjetividad extrema. Esa obra, para los compositores, se ha convertido en una "pesadilla universal".
Dos composiciones cambiaron el curso de la historia para siempre: la sinfonía Eroica, estrenada en 1805, y la Novena Sinfonía, interpretada por primera vez en 1824.
¿ Qué pudo pasar por la mente del público que estuvo presente en ese trascendental acontecimiento que fue la primera interpretación de la Eroica ? Estaban ante un monstruo de sinfonía, una sinfonía más larga que cualquiera de las que se habían escrito hasta entonces y con una partitura muchísimo más rica; una sinfonía de armonías complejas, una sinfonía de una fuerza titánica; una sinfonía de disonancias feroces; una sinfonía con una marcha fúnebre de una intensidad paralizante. Éste era un nuevo lenguaje musical y su patetismo no ha sido superado. Lo ocurrido debió haber sido similar a escuchar la noticia de la división del átomo.
La Novena Sinfonía fue crucial. El estreno, realizado tras sólo dos ensayos y cuando muchos de los cantantes no podían llegar a las notas más altas, fue desastroso. los solistas le rogaron a Beethoven que las cambiara, pero él se negó: nadie tuvo un testamento más magnífico que él.
Se le apodaba "Fofito" (Schwammerl) y así como Beethoven tenía problemas de oído, Schubert los tenía de vista. Más importante aún: Schubert fue el perfecto ejemplo del romántico con dos personalidades. Mientras Beethoven medía un 1.60 metros, Schubert medía 1.56... eran bajitos.
Persona instruída, Schubert que se hizo un nombre poniendo música a poemas de Goethe, Schiller y Heine, por otro lado bebía más de la cuenta, contrajo varias enfermedades venéreas y, en general, consintió que sus ansias de placer lo arrastraran al fondo. Esto se manifiesta en sus composiciones, en especial en su "Canción triste", de la Sinfonía en Sí menor.
El ataque de Hitler a los compositores "degenerados" incluyó a Arnold Schoenberg, Kut Weill, Hanns Eisler y Ernst Toch, y directores como 0tto Klemperer y Hermann Scherchen. También se incluyeron Stravinsky y Hindemith y Webern.
El estreno del Segundo cuarteto de cuerdas de Arnold Schoenberg se convirtió en uno de los mayores escándalos de la historia de la música. Después de apagarse las luces, el público guardó silencio respetuoso durante los primeros compases; pero sólo durante estos. Muchas personas en Viena llevaban en esa época silbatos para llamar a los porteros de los edificios si llegaban tarde por la noche. En el estreno sacaron sus silbatos y provocaron un estruendo tal en el auditorio que ahogaron la música del escenario. Un crítico aulló ¡Basta!...¡Silencio!... y nadie supo si se dirigía a la audiencia o a los músicos. Al día siguiente la reseña se imprimió en la sección de crimenes.
Declaró que no era suficiente con pintarle bigote a la MONA LISA: "Debería ser destruida". Es un comentario de Pierre Boulez quien se consideraba un arquitecto o ingeniero del sonido. Se consagró, como lo demuestra
" Structures"una de sus composiciones más famosas ,a buscar nuevas formas de sonido que no fuesen incompatibles con la "investigación" y los modelos matemáticos. Usó diagramas numéricos para establecer estructuras rítmicas.
(Griffiths: Modern Music).
Se ha dicho que el Pierrot lunaire de Schoenberg es el equivalente musical de Les demoiselles d'Avignon o de E=mc2.
Los oyentes consideran que la música se descompone en átomos y moléculas que se comportan de manera espasmódica y con una descoordinación propia de las moléculas que bombardean el polen en el movimiento browniano.
Pierrot tiene una estructura cerrada: está compuesta de tres partes, que a su vez contienen siete poemas en miniatura; cada poema tiene una duración aproximada de un minuto y medio, de manera que los veintiún poemas de la composición hacen que ésta dure exactamente media hora.
Pierrot no es el fin de la música, sino el principio de un nuevo modo de escucharla.
(Griffiths: Modern Music).
En cierta ocasión, Claude Debussy dijo que la música de Wagner: era "una bella puesta de sol que muchos confundieron con un amanecer".
(Cole: Music).
Beethoven habia aumentado el tamaño de la orquesta y Berlioz lo aumentó todavía más. Al mismo tiempo, surgió la necesidad de alguien que asumiera el control. Hasta entonces, muchos conjuntos eran dirigidos por el primer violinista o por quienquiera que estuviera a cargo de los teclados.
Los primeros compositores que dirigieron la interpretación de sus propias obras fueron Ludwig Spohr y Carl Maria von Weber con una batuta y François-Antoine Habeneck con su arco.
Hacia 1820, la evolución del bastidor de acero permitió hacer pianos mucho más grandes y robustos de lo que habían sido en la época de Mozart.
El genio y promoción de Niccolò Paganini (1782-1840), poseedor de una técnica espléndida, introdujo nuevos armónicos con lo que estimuló a los pianistas a intentar imitarlo. El hombre que emuló en el piano los logros de Paganini fue Franz Liszt, el primer pianista de la historia que dio un concierto solo.
(Schonberg. Lives of the Composers).
" En el lapso de una década,aproximadamente entre 1830 y 1840", anota Harold Schonberg, "todo el vocabulario armónico de la música cambió. De forma repentina, sin que se pudiera decir de dónde había empezado, los compositores usaron acordes séptimos, novenos e incluso undécimos, acordes alterados y una armonía cromática en oposición a la armonía diatónica clásica ... los románticos se deleitaron con inusuales combinaciones tonales, acordes sofisticados y disonancias que las mentes más convencionales de la época hallaban insoportables"
Estos datos más el hecho de que las obras tenían ahora un "programa" , subraya una nueva alianza estrecha entre la música y la literatura, cuya meta era describir los estados más profundos del sentimiento y la mente, algo en lo que Beethoven fue pionero.
Carl Maria von Weber caminaba cojeando y padecía tuberculosis. Fue un virtuoso de la guitarra y un cantante excelente, hasta que destrutó su voz al beber por accidente un vaso de ácido nítrico. Tenía unas manos enormes y tocaba pasajes de sus obras fuera del alcance de los ordinarios mortales.
(Schonberg op cit.).
El primer salvaje auténtico de la historia de la música (eclipsando en este sentido incluso a Beethoven) es Berlioz. Su "pesadilla de opio", la Symphonie fantastique, describe su apasionada relación amorosa con la actriz irlandesa Harriet Smithson.
(Bowler: Non-Darwinian Revolution).
En cierto sentido, Robert Schumann fue el romántico más consumado. Goethe, Shakespeare, Byron y Novalis ejercieron una gran influencia sobre él. Procuró imitar a Byron embarcándose en numerosas aventuras amorosas. En 1850, durante una semana, padeció de alucinaciones en las que pensaba que los ángeles le dictaban músuca en medio de amenazadores animales salvajes. Se arrojó desde un puente y, por petición propia, se le encerró en un asilo.
Su obra más conocida es CARNAVAL, en la que propone retratos de su esposa Clara y de sus amigos Chopin, Paganini y Mendelssohn.
(Menuhin: Music of Man).
Polaco de nacimiento, Chopin se trasladó a París en las décadas de 1830 y 1840, cuando la ciudad era la capital del movimiento romántico.
En las veladas celebradas en el salón del editor musical Pleyel tocaba a cuatro manos con Liszt, mientras Mendelssohn se encargaba de pasar las paginas.
Chopin inventó una forma especial de tocar el piano. Tenía ciertos reflejos en sus dedos que lo diferenciaban de los demás pianistas lo que le permitió crear música al mismo tiempo experimental y refinada. Usó en forma diferente los pedales, los dedos y los ritmos; prefería los pianos ingleses Broadwood.
Sus piezas tienen el colorido de las pinturas de los impresionistas.
Sin Chopin es imposible entender el piano en forma plena.
(Perényi: A Short History of Music).
Liszt era un músico brillante desde un punto de vista técnico. Tenía carisma como Beethoven y como Berlioz. Compró el piano Broadwood de Beethoven; inventó el estilo "bravura" de interpretación al piano. Su actuación empezaba al entrar al escenario. Se sentaba, se quitaba los guantes y los dejaba caer en cualquier parte, alzaba las manos y atacaba el teclado. Fue el pianista más romántico y quizá el más grande que ha existido. Inventó el recital e introdujo el poema sinfónico.
Uno de los "esnobs de la historia".
(Einstein: Music).
Giuseppe Verdi no fue un niño prodigio. Su destreza como pianista no era excepcional y no consiguió entrar al conservatorio de Milán en su primer intento. La ópera NABUCCO lo hizo famoso en toda Italia. Durante los ensayos de esta obra no se realizaba ningún trabajo entre bastidores, pues los pintores y tramoyistas se emocionaban tanto con la música que abandonaban sus tareas y se congregaban, conmovidos, alrededor del foso de la orquesta. Además de la música y del hecho de que Verdi usara una orquesta más amplia que la convencional, NABUCCO se hizo popular en Italia debido a que se la interpretó como un símbolo de la resistencia italiana a la dominación y ocupación del país por los austriacos.
Verdi era un fervoroso nacionalista, y viviría para ver la unificación de Italia y convertirse luego en diputado (renuente) del nuevo parlamento.
Cuando las letras V.E.R.D.I. aparecían escritas en los muros de cualquier ciudad italiana bajo ocupación austriaca, la gente las interpretaba como: "VITTORIO EMMANUELE, RE D'ITALIA".
(Mumford: Revolution and Romanticism).
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